La verdad a veces no es agradable. Tampoco te la trae nadie en una bandeja de plata. Cada uno tiene que hallarla por sí mismo. La verdad, cuando está capitalizada, se convierte en la mayor y más sucia de las mentiras. Desconfía de los vendedores de verdad. Desconfía de quienes hacen de la verdad un producto rentable, un dogma. La verdad no discrimina a nadie. Es una elección de vida. La verdad jamás se le impone a nadie por la fuerza. Si esto ocurre; no es verdad. La verdad no es patrimonio de la mayoría. No creas jamás a quienes pretenden salvarte con una dosis de su verdad. La verdad, a veces duele, puede ser indigesta, y entiendo a quienes no quieren perder cinco minutos de su tiempo en leer algo que, quizá, puede cuestionar su sistema de creencias, sus verdades, y las que, por desgracia, nos están imponiendo a todos por la fuerza. El conocimiento te hace libre. Piensa por ti mismo. Cuestiona. Ten pensamiento crítico. Investiga. No dejes de soñar con un mundo mejor y más justo para todos (no sólo para unos pocos). Se valiente, aunque sólo sea por mera supervivencia, porque el miedo puede matarte. No creas a los falsos salvadores, ni a los portadores de verdad. Rebélate contra aquellos que quieren imponer su verdad como la única verdad posible. Si metes a un pájaro en una jaula, y a los pocos días compruebas que se ha muerto, que sepas que, casi con total seguridad, se ha muerto de pena, y no de ninguna enfermedad. El miedo, al igual que la tristeza, es una emoción que, prolongada en el tiempo, puede terminar con la vida de cualquier ser vivo. La ciencia así lo ha demostrado. Nadie, metiéndote en una jaula, te va a salvar de nada. Nadie, metiéndote en una jaula, te va a proteger de nada. Algunos sólo quieren enriquecerse a costa de tu miedo. No les creas, no renuncies a tu felicidad, a tu libertad (Arturo Fuente) © Besarelcielo.com